El emprendimiento recorre las venas de Paco Candel, propietario del asador sidrería Palmondoa, al igual que lo hace la restauración. No se lo pensó dos veces cuando en abril de este año decidió abrir las puertas de una propuesta completamente diferente a lo que ya había en Arnedo aprovechando la escasez de oferta gastronómica dentro de esta zona de La Rioja Baja.
Escuchó las peticiones y gustos de los arnedanos, que asiduamente se trasladan hasta Astigarraga para disfrutar del plan que ofrecen las sidrerías vascas, para traerlo hasta Arnedo levantando un proyecto que combina tradición y modernidad al calor de las brasas.
Fuente: La Rioja